Trabajar para vivir ¿y si lo hacemos en una Sociedad Laboral?
Artículo escrito por el equipo de Aexlab
Quizás hayas escuchado últimamente, la frase “trabajar para vivir y no vivir para trabajar”, ya existen personas que lo hacen y se preguntaran muchos jóvenes ¿esto es posible si quiero emprender?
Con la energía y aprendizaje que vienen las generaciones que terminan sus estudios, llenos de sueños e ideas, las cuales muchas de ellas la han realizado en esa hora de trabajo en conjunto con sus compañeros, hay que comentarles la frase de Steve Jobs “Si tu no trabajas por tus sueños, alguien te contratara para que trabajes por los suyos”
Pero ¿Con que herramientas contamos para ello?
Puede ser que algunas personas más experimentadas que ellos les comenten lo riesgos que esto puede conllevar escuchando algunas de estas frases, “puedes endeudarte para toda la vida”, “el beneficio solo es para uno, mientras que otros trabajan “, “si te va mal estarás con una mano delante y otra detrás”. Analizamos si todas ellas son ciertas.
Existe una forma jurídica denominada Sociedad Laboral, enmarcada dentro de la economía social, donde emprender sigue siendo esa forma de rentabilizar las ideas, pero a la vez, tener una mayor cobertura si las cosas no van como esperaban, y así reducir algunos de los riesgos a la hora de emprender.
Una Sociedad Laboral, es una empresa de carácter mercantil, en la que la mayoría del capital está en poder de las personas que trabajan en ella. (más del 50% tiene que pertenecer a socios trabajadores) y esta se puede constituir con un mínimo tres socios, (al menos dos socios trabajadores) e incluso existe la posibilidad de iniciarlo con dos personas.
Otra característica importante es que está limitada su responsabilidad, ya que es una sociedad limitada o anónima, pero con el apellido de laboral, SLL/SAL.
Los socios trabajadores estarían en el régimen general de la seguridad social, eso supone, tener beneficios como la prestación por desempleo o el fondo de garantía salarial, si la empresa desapareciera.
Esto significa limitar la responsabilidad al capital aportado y tener los mismos beneficios de los trabajadores por cuenta ajena.
Como se ha comentado, este tipo de empresas son colaborativas, es decir, su base es el co-emprendimiento, donde se da cabida a un conjunto de ideas y personas para llegar un fin común, recordando una frase de Zig Zaglar “los individuos marcan goles, pero los equipos ganan partidos”
Esta fórmula jurídica está encontrando su sitio en estos tiempos de continua evolución, por supuesto, es más, se puede decir, que ahora es su momento, ya que hay estudios que afirman que el 65 % de los trabajadores se sienten identificados con su empresa y el 40 % trabajarían en una empresa que tengan valores sociales.
No solo por lo que hemos comentado anteriormente de emprender con mayor seguridad, sino también porque en ella se valora a las personas por encima de capital, ¿os acordáis como empezaba este artículo?, “ahora las personas quieren trabajar para vivir…” compartiendo las ideas y con ello sintiéndonos escuchados, valorados y participes de un grupo.
Esta es una buena opción de retener el talento, ya que, lo que están realizando no lo están haciendo para otros, sino para uno mismo, para su equipo, su ecosistema, que se ha ido creando con las aportaciones de las habilidades, destreza, genio, de cada uno, según las necesidades de la empresa.
Otro punto importante es la conciliación, es decir tener tiempo para nuestra vida privada, esto puede ser con la familia, viajando, o realizando alguna actividad que también nos aporte a nuestro desarrollo personal (deporte, hobbies, lectura…)
Esta generación (que nos vamos a ponerle ningún nombre, no vaya a ser que alguien vea que su año de nacimiento no esté dentro y diga “esto no está para mi”) tiene ganas de que sus ideas sean escuchadas, valoradas y verlas hechas realidad. Esto se puede definir como que quieren innovar su entorno, los procedimientos, los mecanismos…
¿Cómo no van a innovar si han crecido con la tecnología y la digitalización en su día a día?, es lo que conocen, su forma de funcionar, cuando se incorporan a una empresa o la crean, lo hacen según sus experiencias y conocimiento.
Cuando sale la palabra tecnología, juventud o emprendimiento, se nos puede venir a la mente la fórmula de las Start-up ¿Seria posibles? ¿Qué pensáis?
Crear una empresa entre varias personas, donde se valoran los conocimientos de todos los miembros que la componen, que cuando la dan a conocer, normalmente empiezan diciendo, “nosostr@s hacemos/desarrollamos”, trabajan en equipo para hacerla crecer y poder contar con un socio capitalista si lo necesitas para dar el empujón que falta para su evolución.
Es recomendable, sobre todo si contamos con socios capitalistas elaborar un plan de viabilidad de la empresa para ver que el ROI (el retorno sobre la inversión realizada) es rentable y medible para que la acción sea una buena inversión.
Por otra parte, está la digitalización de las empresas, la importancia que está teniendo en la sociedad, cada uno de los trabajadores debe detectar las necesidades reales que puede tener la empresa, sabiendo que para ella, esto se considerará una oportunidad de crecimiento y evolución, por ejemplo, estar visible en un mapa online, diseñando diferentes artículos personalizados y según demanda, desarrollando una experiencia al cliente con su producto y que el cliente sepa que es importante para la empresa.
La digitalización y la tecnología es posible que nos recorte las horas de trabajo, lo que sí es seguro, es que nos va a cambiar la forma de trabajar, se está hablando de que podremos trabajar 4 días a la semana, teniendo más días para conciliar o/y disfrutar del ocio, con lo cual es necesario tener una preparación formativa en estos campos.